lunes, 13 de octubre de 2014

3) Biblioteconomía y biblioteca. Fuente: López Yepes, Manuel- Manual de Ciencias de la Documentación).


3) Biblioteconomía                                                        (Luisa Orera Orera)

En la actualidad los dos términos más conocidos en español para definir la ciencia bibliotecaria, son  el de Bibliotecología y el de Biblioteconomía, este último término procede de las palabras griegas biblion ('libro'), theke ('caja') y nomos ('ley'). Es el más usado en España.
Bibliotecología: Deriva de tres vocablos griegos: biblion, libro; theke, caja; logos, palabra, verbo.
Este término fue propuesto por Ernesto G. Gietz en 1940 en su obra Biblioteca y elementos bibliográficos, e inmediatamente adoptado y definido por Domingo Buonocore como el conjunto sistemático de conocimientos relativos al libro y a la biblioteca.

Buonocore considera que la biblioteconomía es sólo una rama de la Bibliotecología. Como también que la bibliotecología comprende tanto las disciplinas que se ocupan del libro como entidad autónoma como las que se ocupan de la biblioteca de la cual el libro forma parte. En el primer grupo incluye la Bibliología, Bibliotécnia, y la Bibliografía, y en el segundo, la Biblioteconomía y la Bibliotecología. Como disciplinas auxiliares: Paleografía, Diplomática, Filología, Metodología histórica.
En este contexto, Buonocore define la Biblioteconomía como un conjunto de conocimientos necesarios para la gestión de la biblioteca.

Emilia Currás también considera  que la Bibliotecología, como tratado de las bibliotecas, engloba todos los procesos desde que llega el libro hasta que sale la información hacia el lector. Por tanto comprende la Bibliología, la Bibliografía y la Biblioteconomía. A todas ellas  las considera en un mismo nivel científico y metodológico. 
Recientemente, E. Molina propuso el uso del término Bibliotecología en vez de Biblioteconomía. La propuesta la basa en la relación semántica de la terminación (-nomía) con normas, usos, practicas de aprendizaje y de ejecución y de -logos (-logía), con el conocimiento científico y con la teoría y sus desarrollos técnicos. Basándose  en esto considera que el termino Biblioteconomía es más adecuado para referirse al periodo precientífico de la disciplina, y el termino Bibliotecología para el periodo científico o actual.
Carrión usa el término biblioteconomía para referirse a la ciencia que se ocupa de la biblioteca y propone continuar con la utilización del mismo a pesar de la evolución que ha experimentado la disciplina.
El objeto de la biblioteconomía: La Biblioteca: La biblioteca puede definirse como un sistema para la transmisión de información. Y como sistema, la biblioteca existe para lograr unos determinados objetivos, para lo cual sus elementos están sometidos a una organización, relacionándose con el entorno constituido por los usuarios. En este último punto la biblioteca ha variado en forma importante, relacionándose no sólo con los usuarios, que son el entorno más inmediato, sino con otras bibliotecas. Surge una característica de la biblioteca, que es la de la cooperación. Una biblioteca no puede ser autosuficiente, por lo que de algún modo deberá arbitrarse a medidas para  que las demás bibliotecas dispongan, además de sus propias colecciones, de las colecciones de las demás.

A pesar de la complejidad del concepto de biblioteca, en nuestra opinión éste puede presentarse en cinco apartados, que se corresponden con: la colección, la organización, los servicios de la biblioteca, la cooperación y la tipología bibliotecaria. Los tres primeros representan la esencia de la biblioteca, ya que sintetiza la misión de la misma y del bibliotecario, y últimamente se les reúne bajo el término único de desarrollo de colecciones, cuyo significado se resumen en que la biblioteca selecciona los conocimientos que interesan a sus usuarios, y que se recogen en documentos, y los organiza para hacerlos accesibles. Los dos últimos elementos del concepto de biblioteca, la cooperación y la tipología bibliotecaria, se han ido desarrollando a medida que el mundo de la información y, por ende la misión de la biblioteca se ha ido complicando.

La colección o fondo bibliográfico: Es el conjunto de documentos que la biblioteca pone a disposición de los usuarios. Se trata fundamentalmente de libros pero también de otros documentos como publicaciones periódicos, folletos, manuscritos, música impresa, etc.
La formación y desarrollo de la colección no es el fin único de la biblioteca. En este sentido cuando se establecen las prioridades de una biblioteca, las colecciones van antes que el personal, los servicios y las instalaciones.
Organización: Es la segunda nota característica de la biblioteca, y tiene como finalidad que el conocimiento se haga accesible.
La organización se lleva a cabo por medio de unas técnicas que se basan en unos conocimientos teóricos, científicos. En un primer momento, el primer paso en la automatización de la biblioteca consistió en aplicar la informática como herramienta de gestión de los procesos normales y básicos de un centro bibliotecario como eran la catalogación y la clasificación, posteriormente la automatización, brindo nuevas posibilidades, sobre todo en los servicios dados a los usuarios.
Una vez que el documento es adquirido, antes de pasar a formar parte de la colección recibe un tratamiento administrativo y técnico. De esto último lo más importante son la catalogación y clasificación.
La descripción bibliográfica se ha normalizado a nivel internacional mediante las ISBD (International Standard Bibliographical Description), un formato de presentación de los distintos datos bibliográficos en los asientos. De ellos existen distintas versiones permitiendo la descripción de cualquier tipo de documentos.
Ambas operaciones, la catalogación y la clasificación, permiten la formación de los catálogos de biblioteca, instrumentos de recuperación de la información. Los catálogos  tradicionales más conocidos son el alfabético de autores y obras anónimas, el de títulos  y el de materias; el diccionario y el sistemático de materias, catálogo en vías de extinción. El futuro es el catálogo automatizado en sus distintas formas: en CD-ROM (Compact Disk- Read Only Memory ), microficha COM (Computer Output Microform) y, sobre todo, en el OPAC (On-line Public Acces Cataloging).
Una vez que la colección ha sido organizada intelectualmente es necesario ubicarla físicamente de la manera más adecuada. Esta organización física es posible gracias a la asignatura. Es necesario que los documentos sean tratados para que su uso reiterado sea posible. La adaptación al tratamiento técnico que los documentos electrónicos requieren ya ha comenzado en el mundo bibliotecario, como pone de manifiesto la aparición en 1977 de las ISBD (ER). Estas normas contemplan no sólo la descripción de recursos electrónicos de acceso local, sino también remoto.
Los servicios de la biblioteca: Corresponde a la difusión de la información. Junto a la tarea de difusión, la biblioteca tiene la de conservación. Ambos están siempre presente en la biblioteca y deben estarlo en claro equilibrio, y en función del tipo de biblioteca. En este sentido las bibliotecas nacionales alcanzarán las cotas más altas en la función conservadora y las públicas las más bajas. El acceso a la información estará condicionado por múltiples factores. En donde más se pone de manifiesto es en los servicios de la biblioteca, los más clásicos de los cuales son la lectura en sala, el servicio de préstamo, el de información y referencia, y el de extensión cultural. 
La biblioteca ha experimentado una evolución, pasando de suministrar documentos de su propiedad a suministrar documentos e información que ella localiza fuera de su colección.  
Estos recursos pueden ser documentos tradicionales, a los que se accede a través del préstamo interbibliotecario y fotodocumentación, servicios cada vez más en alza sobre todo en las bibliotecas de investigación. También ofrecen documentos electrónicos, a los que se accede a través de base de datos, Internet, etc. y cuya información se suministra dentro del marco del servicio de información, que se comenzó a desarrollar en las bibliotecas, impulsado sobre todo, por el desarrollo de la Documentación.
La tendencia de llevar los servicios fuera del ámbito de la biblioteca va haciéndose cada día  más fuerte. Cada vez más las bibliotecas irán evolucionando hacia las bibliotecas a distancia.
Cooperación bibliotecaria: Puede llevarse  a cabo a nivel local, nacional o internacional.
Las formas de cooperación son variadas y aumentan con el paso del tiempo: el préstamo interbibliotecario; la adquisición cooperativa, la catalogación compartida; todas las actividades que suponen una redistribución de fondos y que van desde un simple canje hasta la llamada transferencia de fondos ( dónde se incluyen: la creación de centros a veces especializados de intercambio y donaciones: el diseño de planes dirigidos a limitar el crecimiento de las colecciones de determinadas bibliotecas; el traslado de colecciones de unas biblioteca a otras con el fin de crear bibliotecas especializadas exhaustivas, etc.), la cooperación en el campo de instalación y equipos, la preservación cooperativa, etc. A veces la cooperación internacional se manifiesta en relaciones concretas como, por ejemplo, la Biblioteca de Alejandría.
De entre las formas posibles de cooperación hay dos que se destacan por su importancia: los sistemas bibliotecarios nacionales y las redes de bibliotecas. Los primeros son un conjunto conectado de bibliotecas con todas sus divisiones, servicios y unidades que cooperan para servir al territorio nacional. Para llevar a cabo esta cooperación, el sistema bibliotecario necesita una infraestructura legislativa, material y personal que deben planificar los órganos competentes.
La otra forma que hemos destacado es la agrupación de bibliotecas en redes, que es un plan en que las bibliotecas trabajan juntas, compartiendo servicios para los usuarios. Este plan se lleva a cabo mediante un acuerdo formal, que fija la estructura, los objetivos y los servicios compartidos. Actualmente reciben ingresos económicos a partir de la venta de servicios y productos.
La cooperación no hace sino facilitar la evolución de la biblioteca hacia el futuro. El futuro en el mundo de la información es la cooperación, y su exponente máximo, Internet.

Evolución histórica de la Biblioteconomía

La existencia de la biblioteconomía es muy antigua y su evolución se puede plasmar en dos etapas:
Biblioteconomía Precientífica
Se corresponde con bibliotecas consistentes en depósitos de formatos bibliográficos y unos bibliotecarios erudito-conservadores.
A esta fase corresponde la historia de la biblioteca que nace en el mundo oriental y se extiende al occidental. Ejemplos, la biblioteca de Ebla, la de Asurbanipal, las casas de la vida egipcias, etc. Durante este período destacaron las biblotecas de Alejandría y Pérgamo, rodeadas de leyenda. La primera, creada por Ptolomeo I Soter (366-283 a.C.), fue la más famosa de la antigüedad. Igualmente famosa fue la Biblioteca de Pérgamo, en la que según una opinión hoy desterrada, se comenzó a usar el pergamino. De Roma son muy conocidas las bibliotecas del Palatino y la Octaviana en época de Cayo Julio César (101 a. C.; 44 d. C.), En la Edad Media, la cultura quedó en manos de la Iglesia, floreciendo las bibliotecas monásticas. También en el mundo Islámico surgieron importantes bibliotecas.
Durante este período comienza a desarrollarse la Biblioteconomía. Concebida como el arte de conservar los tesoros de aquellas bibliotecas. Las técnicas para conservar los libros se remontan a la época de las primeras bibliotecas.
Siguiendo con la evolución de las bibliotecas, la invención de la imprenta por Johannes Gutemberg en el siglo XV tendrá gran trascendencia en dicha evolución. Los siglos XV y XVI fueron época de creación de grandes bibliotecas; la Marciana de Venecia, La ambrosiana de Milán, la Mediceo Laurentiana de Florencia, etc. En el siglo XVII crecieron las bibliotecas de la compañía de Jesús, las de importantes monasterios de Centroeuropa y las grandes bibliotecas reales, origen de las bibliotecas nacionales, como la de Fontainebleau.
Generalmente se admite que fue Gabriel Naudé quién establecío en su obra de 1.927 los principios de la Biblioteconomía moderna, en la cual Naudé se ocupa de diversos temas relacionados con la gestión de la biblioteca.
Aunque la palabra biblioteconomía la usó por primera vez Gabriel Naudé en 1.963 en su Bibliografía Política, parece que no se impondría hasta pasados dos siglos, cuando el librero -bibliógrafo Leopold Constantin Hesse lance su obra Bibliotheconomie, publicada en 1.839 bajo el seudónimo de L.A. Constantin. En la obra el autor separa la bibloteconomía de la Bibliografía y pone el acento en conocimientos técnicos que según él habían sido infravalorados hasta entonces.
Estos dos últimos autores serán ya representantes de lo que algunos autores denominan Biblioteconomía protocientífica.

Biblioteconomía científica: La evolución de la Biblioteconomía desembocará en la llamada biblioteconomía científica, que no hará su aparición hasta el siglo XIX. Se corresponde con unas bibliotecas-centro de información/educación/recreo sociocultural, y con unos bibliotecarios/agentes difusores de la información. La Biblioteconomía en esta fase es la ciencia de la difusión organizada y de la difusión de los fondos librarios y audio visuales.
En esta evolución, el momento decisivo es la aparición de la biblioteca pública en el mundo anglosajón, fruto de una demanda social. La biblioteca pública nace con la finalidad de proporcionar libros a las clases sociales, se pretendía proporcionar a dichas clases sociales formación profesional, formación moral y recreo.
Posteriormente, se cita factores que contribuyeron a la evolución de la Biblioteconomía:
- La ALA nace en Filadelfia en 1.876, centrándose en aspectos relativos a las técnicas (cooperación, normalización, formación profesional). En 1877 nace la LA ( Library Asociation), que cumple un papel decisivo en la formación profesional de Inglaterra. La IFLA, que nació en Edimburgo en 1.927 y ha tenido una gran influencia en la configuración de la doctrina Bibliotecaria.
- La institucionalización de la enseñanza de la Biblioteconomía, con la aparición de las escuelas de bibliotecarios. En 1879, Melvin Dewey, bibliotecario del Columbia College, presentó a la American Library Association un plan para organizar la escuelas de bibliotecarios. En 1.887 la Columbia School of Library Economy, abrió sus puertas. 
- La publicación de las obras especializadas sobre Biblioteconomía ha contribuido, a la configuración de la actual disciplina.

Carácter científico de la Biblioteconomía 
Desde el principio surge la polémica del carácter científico de la Biblioteconomia. Todo ello ha llevado a contribuir a la consolidación de la misma como disciplina científica. Molina Campos hace una síntesis en la cual nos basamos.

Para Schrettinger (Alemania 1.808) la Biblioteconomía es la disciplina científico encargada de coordinar la búsqueda del libro y  el rápido acceso al mismo. Su discípulo Zoller, afianza esta postura al definir la Biblioteconomía como la ciencia que se ocupaba de la ordenación y gestión de la Biblioteca.
Hubo autores como Ebert, que despojándola de su condición científico-técnico, reduce a gestión el proceso de recuperación de la información. Petzholdt la define como la ordenación sistemática de todos los conocimientos relacionados con las bibliotecas, pero elude la calificación de ciencia.
Una de las aportaciones más importantes como ciencia la ha llevado a cabo Raannganathan a través de su labor docente e investigadora. Se destaca su obra Las cinco leyes de la biblioteconomía, publicada en 1.931 y son las siguientes:
1-Los libros están para usarse.
2-A cada lector su libro.
3- A cada libro su lector.
4-Ahorrar tiempo al lector.
5-La biblioteca es un organismo en crecimiento.
Ranganathan considera la Biblioteconomía una ciencia social.
Ya mediados del siglo xx, la discusión sobre el carácter científico de la disciplina se torno a que la formación del bibliotecario tenga carácter universitario.
En el Convenio de Colonia celebrada en en 1.969 se vuelve a plantear el carácter científico de la Biblioteconomía. En ella Sauppe la considera como una ciencia y basa ese caráter en la investigación fundamentada en la creciente importancia de las bibliotecas en la sociedad, así como la complejidad de la estructura bibliotecaria s y su progresiva tecnificación. En esta misma área, G. Pfluig niega a la biblioteconomía el carácter de ciencia.
Últimamente se ha comenzado a formar una corriente crítica respecto al carácter científico de la biblioteconomía.
Independientemente de las distintas posturas de los autores del área anglosajona, hay que señalar, sin embargo, que globalmente entre América e Inglaterra se da una diferenciación de la disciplina: Library Science en E.E.U.U.y Librarianship en Gran Bretaña.
En el área sudaméricana, D. Buonocuore sólo atribuye un carácter científico-técnico a la parte de la Biblioteconomía que comprende la teoría de la selección y adquisición de libros, la catalogación, la clasificación y el régimen económico administrativo. La parte que se ocupa de administrarla y gobernarla para lograr una mayor eficacia la considera más bien un arte.
La polémica sobre el carácter científico de la Bibliotconomía se refleja también en algunos autores franceses. La Association des Bibliothécaires Francais la define como el estudio de las técnicas utilizadas en las bibliotecas. B Richer, por su parte, especifica que no es una ciencia sino una técnica rigurosa. En España E. Curras basa el carácter científico de la biblioteconomía en dos aspectos. En primer lugar la existencias de teóricos sobre esta ciencia, basados en la investigación. Como consecuencia de dicha investigación nacen, unos principios teóricos básicos que fundamentan la parte práctica. En segundo lugar, la utilización del método científico, necesario para llevar a cabo esa investigación. La autora ha clasificado también las Ciencias de la Documentación, y, por tanto. la Biblioteconomía, como ciencias experimentales, aplicadas, sociales, humanísticas, históricas, deterministas, interdisciplinares y universales.
Jiménez Vela aboga por el carácter científico de la Biblioteconomía, calificándola como una disciplina empírica, teórica, abierta, una disciplina cuya metodología es moralmente neutra, constituye una crítica  a la sociedad y de los servicios culturales, y es una disciplina aplicada.
Hacia una definición de la Biblioteconomía La Biblioteconomía, como disciplina encargada de la Biblioteca, en principio no fue sino un conjunto de reglas basadas en la experiencia, que ayudan a organizar las primeras bibliotecas depósitos de tesoros bibliográficos.
A mediados del siglo XIX la biblioteca sufre una transformación impulsada por el nacimiento de la biblioteca pública. Mediante dicha transformación la biblioteca se convertirá en un sistema de información para servir a sus usuarios. La Biblioteconomía impulsada por estos cambios- cambios que son a la vez causa y efecto de otras manifestaciones como el desarrollo de las asociaciones profesionales, la institucionalización de la enseñanza, el desarrollo de la investigación y el nacimiento de las primeras publicaciones especializadas.-, pasará a ser considerada una disciplina científica. Este hecho será origen, a su vez, de la polémica que llega hasta nuestros días acerca de la cientificidad  o no de la Biblioteconomía.
No es casualidad que la primera escuela, para la formación específica de bibliotecarios naciera en el siglo XIX, centuria en la que se sitúa el nacimiento de la biblioteconomía científica.
A través de lo dicho anteriormente podemos definir la Biblioteconomía como: ciencia documental que tiene por objeto el estudio de la biblioteca, entendida como sistema de información, su tipología y las distintas formas de cooperación bibliotecaria, sobre todo las redes y sistemas.
Teniendo en cuenta lo anterior, distinguiremos tres partes dentro de la Biblioteconomía: Biblioteconomía general, Biblioteconomía especializada y Biblioteconomía cooperativa.
La Biblioteconomía general es la parte de la Biblioteconomia se ocupa de los conocimientos relativos a la colección, independientemente del tipo de biblioteca.
El término Biblioteca especializada fue usado por primera vez por en 1.908 por John Cotton Dana, aquí usamos el término para designar a aquella parte de la Biblioteconomía que se encarga de los distintos tipos de bibliotecas, ya que hoy en día no existe una biblioteca única.
La Biblioteconomía científica se encarga de aquellos conocimientos que sirven de base para cualquier forma de cooperación bibliotecaria. Algunos autores la parte que denominan Biblioteconomía internacional o Bibliotecología internacional, que se ocuparía de las relaciones bibliotecológicas entre distintos países, necesarias para mejorar y facilitar el acceso universal a la información.

Bibliotecas. Tipos. Servicios.
A medida que el mundo de la información se va haciendo más complejo, la biblioteca ha evolucionado con el fin de cubrir las necesidades de los usuarios, lo que ha llevado a la diversificación de la misma.
 En la clasificación de la IFLA y la UNESCO por ejemplo se recogen cinco tipos de bibliotecas: nacionales, universitarias, públicas, especializadas y escolares.
La biblioteca nacional ha sido definida por la ALA (American Library Association) como la designada como tal por el organismo nacional adecuado y sostenida por el Estado. Sus funciones comprenden la recopilación de la producción impresa en el país (frecuentemente como depositaria del Depósito Legal) la compilación y conservación de la bibliografía, la recopilación y organización de publicaciones internacionales de valor para los estudiosos, la producción de medios para elaborar la bibliografía, la coordinación de una red nacional de bibliotecas, la prestación de servicios de biblioteca a la Administración del Estado y otras responsabilidades establecidas oficialmente.
La biblioteca universitaria ha sido definida por la ALA como aquella biblioteca establecida, mantenida y administrada por una universidad para cubrir las necesidades de información de sus estudiantes y apoyar sus programas educativos, investigación y demás servicios.
Las bibliotecas universitarias surgieron en la Edad Media, al igual que las universidades, y se desarrollaron, sobre todo, a partir de la segunda mitad del siglo XX.
El desarrollo, y el encarecimiento de los documentos, frente a unos presupuestos no siempre suficientes, ha impulsado las redes de bibliotecas universitarias y los planes de adquisición cooperativa.
Las bibliotecas públicas, nacen en el siglo XIX y se desarrollan fundamentalmente en el siglo XX.
El IFLA, la ha definido como fundada y sostenida por un órgano de la administración local-o, en algún caso, central- o por algún otro organismo autorizado para actuar en su nombre, y accesible, sin prejuicios ni discriminación alguna, a cuantos deseen utilizarla.
Se dirige hoy sobre todo al ciudadano medio. La biblioteca pública actual se plantea contribuir a la educación, cultura y ocio de los ciudadanos y llegar a todos ellos sin distinción de raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social, tal y como establece el manifiesto de la UNESCO. Es la biblioteca mas universal de todas las existentes y, por tanto, la que ofrece los servicios más variados. Por ello presta servicios especiales en hospitales, prisiones, a personas discapacitadas, emigrantes., etc.
La biblioteca especializada, según la ALA, es la establecida, mantenida y administrada por una firma comercial, una corporación privada, una asociación, un organismo estatal u otro grupo o entidad que tienen interés por una materia específica para atender las necesidades de información de sus miembros o personal y alcanzar los objetivos de la organización. El ámbito de las colecciones y de los servicios se limita al interés en la materia de la organización que mantiene la biblioteca.
Encontramos, Entidades financieras, compañías de seguros, organismos de investigación, museos, etc., y o bien han evolucionado hacia centros de documentación, o bien están unidas a ellos.
Las bibliotecas escolares están destinadas a alumnos de centros docentes de nivel inferior al universitario, presentando diferentes niveles de enseñanza, acuerdo al centro educativo dónde se halla situada. Se desarrollaron a partir de la segunda mitad del siglo XX, aunque en muchos países el desarrollo es mínimo todavía.
Este desarrollo tardío salta a la vista cuándo se las compara con la biblioteca pública. Por ejemplo, mientras que el primer Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública data de 1.949, la primera propuesta la IFLA a la UNESCO sobre un Manifiesto de Biblioteca Escolar es de 1.978.




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Material  complementario o adicional y otros autores, para ampliar conocimientos o investigación.
También se transcribe a continuación.
Textos.                                             
Biblioteconomía.
Disciplina que estudia la conservación, ordenación y administración de las bibliotecas.
La biblioteconomía, conocida también en algunos países hispanoamericanos como bibliotecología, es el conjunto de actividades técnicas y científicas que tiene como finalidad el conocimiento de la información, de los materiales en que se presenta y del lugar en que se hace uso de ella, para con esto responder mejor en calidad y cantidad a las demandas de información que hace la sociedad. El término deriva de las palabras griegas biblion ('libro'), theke ('caja') y nomos ('ley').

E. Currás, también diferencia ambos términos:“... el término biblioteconomía sigue persistiendo y sigue utilizándose. Pero he aquí que el concepto estático de biblioteca, como lugar donde se conservan y guardan los libros, se ha visto convulsionado. Actualmente se acude a ellas para buscar información. 
                       
El término Biblioteconomía se ha quedado pequeño y se ha empezado a utilizar el de Bibliotecología.
Las disquisiciones lexicológicas de Buonocore, que vemos también en un contexto mucho más actual, incluidas en el pensamiento de Serrai, nos permiten reconocer las siguientes asociaciones semánticas: nomos (-nomía) con normas, usos, prácticas de aprendizaje y de ejecución, para un período pre-científico y empírico; logos (-logia) con el conocimiento científico y con la teoría y sus desarrollos técnicos.
"¿Y no puede -no necesita- la Biblioteconomía científica, la Biblioteconomía tal como hoy la concebimos (o al menos, tal como yo propongo definirla y profesarla) llamarse más propiamente Bibliotecología, eliminando de sí los significados inoperantes y obsoletos que datan de un pretérito ya superado? El interrogante queda abierto, y mi propuesta modestamente en pie”. Independientemente de las diferencias señaladas por distintos autores, biblioteconomía y bibliotecología constituyen con frecuencia sinónimos, determinando el uso de uno u otro término el área cultural de que se trate. Por ejemplo, el área sudamericana emplea el término Bibliotecología, mientras que en España el término más extendido es el de biblioteconomía. 
Carrión usa el término biblioteconomía para referirse a la ciencia que se ocupa de la biblioteca: “La vieja Biblioteconomía se ha transformado porque a la biblioteca actual
se le pide que trascienda sus propios fines tradicionales. La complejidad creciente de la biblioteca y de la estructura bibliotecaria exigen una serie de conocimientos a cuyo conjunto podemos seguir llamando, si queremos, biblioteconomía”.
Más adelante vuelve a reiterar la denominación de Biblioteconomía: “La realidad, sobre todo la histórica y social, con su complejidad ha hecho así diversificarse el conocimiento
bibliotecario, pero, al mismo tiempo, han hecho nacer una nueva rama del árbol de la ciencia: la ciencia de lo que tienen en común todas las bibliotecas. No hay inconveniente alguno en que, conservando un viejo y prestigioso nombre, la llamemos biblioteconomía".


[-La Biblioteconomía y Estudios de la Información se ocupan de la técnica cuyo campo lo constituyen las colecciones de libros y las publicaciones periódicas (revistas y periódicos), la información y la gestión del conocimiento. Este último rol a lo largo del tiempo se ha ido ampliando al manejo de las tecnologías de la información. La biblioteconomía también se interesa por otros formatos o recursos de información, como por ejemplo, publicaciones periódicas en línea, los discos compactos (CD-ROM) y DVD, las microfichas, las filmaciones (vídeo-cassetes, microfilm), las cintas de audio, etc].
[La biblioteconomía se puede dividir en teórica y aplicada. En la primera incluimos temas como la teoría de la información y la gestión del conocimiento, el estudio de la necesidad de información y cómo satisfacerla al mundo, los factores externos que influyen en la interpretación de los conocimientos, etc. La biblioteconomía aplicada se ocupa de temas tales como el desarrollo y mantenimiento de las colecciones, servicios técnicos (adquisición, catalogación, préstamo y descarte o depuración) de las colecciones, cooperación interbibliotecaria, derechos de autor, libertad de información (derecho al acceso a la información), conservación, gerenciamiento de la biblioteca o unidad de información, etcétera ].

[Biblioteca: según la UNESCO " Consiste en una colección organizada de libros, impresas y revistas, o de cualquier clase de materiales gráficos y audiovisuales; y sus correspondientes servicios de personal para proveer y facilitar el uso de tales materiales según lo requieren las necesidades de información, investigación  y esparcimiento de los usuarios". 

Según la ALA, como una: "colección de material de información organizada para acceder a ella un grupo de usuarios. Tiene personal encargado de los servicios y programas relacionados con las necesidades de información de los lectores].

OTROS CONCEPTOS

Tipos de bibliotecas:
  • Dentro de las públicas las hay estatales, de las comunidades autónomas, municipales, instituciones docentes, departamentos historiales, fundaciones, organismo y empresas, instituciones de investigación...
  • Las privadas pueden ser eclesiásticas, de instituciones docentes, de instituciones de investigación, de fundaciones, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, empresas, personas...
ARCHIVO:

[Según Antonio Ruiz Rodríguez, no es sino un tipo especial de sistema de información, y, como tal está determinado por su funcionalidad  social- factores de la demanda- y su disponibilidad de recursos- factores de oferta- condicionada esta última a su vez, por las contricciones económicas que le impone su medio pero también de su propio desempeño como sistema].

[Según Antonia Heredia, es uno o más conjuntos de documentos, cualquiera sea su fecha, forma y soporte, acumulados en un proceso natural por una persona o institución, que se conservan respetando un orden, para servir como testimonio e información para quien lo produce, para los ciudadanos o para servir de fuente histórica].

[Por su parte, la Ley de Patrimonio Histórico Español, define los archivos como conjuntos orgánicos de documentos. o la reunión de varios de ellos, reunidos por las personas jurídicas, públicas o privadas, en el ejercicio de sus actividades, al servicio de su utilización para la investigación, la cultura, la información y la gestión administrativa. Así mismo se entiende por Archivos  las instituciones culturales dónde se reúnen, conservan, ordenan y difunden para los fines anteriormente mencionados dichos conjuntos orgánicos. (Ley 16/1985, de 25 de junio, del patrimonio Histórico Español, BOE, num,155229)].

Tipos de archivos:

a)Administrativos: Es el archivo mientras se está recopilando
b)Histórico: Cuando pasan una serie de años, los archivos pasan a archivo histórico
c)Archivos parroquiales: Información de su gobierno(vistas, consejo pastoral y exposiciones), tiene información sobre su administración general(testamentos, fundaciones, registro, tiene información sobre la administración de bienes materiales.
d)Archivos de ayuntamiento: Tiene información sobre sus órganos de gobierno, sanidad, obras y urbanismo, hacienda, servicios...

                                                                                                     








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